sábado, junio 18, 2011

He visto tus ojos desnudos como faros de Alejandrías que sólo conocí contigo.

martes, julio 06, 2010

morí.

Y cuando reviví, me bautizaron Jacobo.

viernes, junio 04, 2010

Don't worry...

Llega un momento en la vida de todo ser vivo en que los ánimos no dan para otras vacaciones. Los cabellos que quedan en pie son cada vez más tiesos y reacios. La piel, a medida que el tiempo transcurre, se asemeja al material de las paredes y se afloja formando surcos como mares imprecisos. Cuando los pasos le son más difíciles -a todo ser vivo-, los dioses le hacen un último regalo antes de viajar a otros mundos y otros infiernos. Tras el último y más avejentado paso, el hombre y el ser y la bestia y la sombra flotan, agitando sus piernas como subiendo escaleras de humo translúcido. Entonces todos ascienden graciosos cual globo euclidiano y se funden en el silencio de la estratósfera filosa, donde van a parar los sueños y la carne levemente inflada de los seres viejos y vivos.

(Elucubrado en la bitácora de Alberto Chimal)

miércoles, mayo 26, 2010

Si -de todos modos- no existes (borrador uno)

Anda, Anjana, camino de la madrugada
crujen estas soledades en el temblor de la aurora
anda, en mi ventana, en las piedras, la calzada
en tus sandalias, tu vestido azul, mi canción se atora

Ven, acá te espero. No sé si existes, pero quiero
te aparezcas, con tus alas, me sacudas todo el tedio
a tus amores no convencionales, ahí me aferro
donde te escondas, si no existes, aun divierte el asedio

Anda, en ti y en tus infinitas musas
en la flama de la cera que -hace mucho- yo te enciendo
en el papel y en estos dedos, todos versos, los acusas
un lugar violento, pero tranquila, sí te entiendo

Acá, Anjana, por la escalera del tiempo
donde crujen miedos, soledades, surcos de tus manos
que te arrastre violeta en su perfume, queridita, el viento
si de todos modos no existes, Anjana, buscarte me vuelve humano.

lunes, mayo 24, 2010

Daniela es un capricho, y no uno mío, sino uno de ella misma

De la circunstancia

De su acento fresa y sus zapatos altos, de la vida que se extiende más allá del Toreo,

Daniela tiene amores periféricos colgados de sus rizos castaños y rojizos,

Satélites que piden pan y no les da

Que trae de collar sonriente, y calienta un poco sus huesos ingenuos

Antes de que decidan desenrollarse del idilio improbable de sus piernas claras.

Daniela te mira sin hacerlo, tranquila, sabe que en sus manos el corazón fibrila

Daniela no te dice si tiene compromisos, pero vamos, una chica como ella difícilmente puede estar sola

mientras firmas el convenio de empeñarle tu alma, aliento y pensamiento por las pocas nueces que te ofrece en su balcón

Y te entregas feliz y mediocre a sus designios

No tiene novio, ni tampoco reparo en besarlo frente a tus narices

Con ése su estilo te cautiva y te mece en sus vaivenes de incertidumbre y sus ojos juguetones

Daniela es un dulce de sabores misteriosos y desconocidos

Es la manzana que trepa a la punta del árbol

seduce a una docena de Adanes en sus intocables matorrales

Y aunque nunca me dijo que sí ni me casaría con ella,

Hoy vendía cinco abriles y mis cañitas de jazz por que vinieras

a sacudir mi mundo y de qué manera

Con los rayos que se cuelan de tus chinos, primavera

si te cruzaras mañana por alguno de mis caminos

Y se burlara así de ambos el destino,

Con todo y caprichos, tus olvidos, el día que quieras te sigo, Daniela

martes, abril 20, 2010

Todo lo que vivimos, todo lo que amamos, todo lo que dijimos nuestro, se repetirá en nuestra ausencia con otros que lo vivirán, otros que lo amarán, otros que lo harán suyo.

Costas Montis

domingo, febrero 14, 2010

Aurora

Fatigados, ese día decidimos bajarnos del mundo. Instalaron, muy cerca del primer cuadro del Centro, un portal de Aurora. Tardaron seis meses en montarlo, trece ingenieros holandeses, once contratistas y trescientos dieciséis albañiles (de los cuales siete murieron antes de tirar el colado y tres en la propia aurora días antes de su inauguración. En enero de dos mil doce, el presidente cortó el listón, que de inmediato fue arrastrado por ese vórtex luminoso, redentor. Hizo las tijeras a un lado y se lanzó, con todo y banda presidencial, al agujero boreal. Quizá sin él podíamos haber recuperado la ciudad, al país, un pedacito siquiera. Pero el túnel ya estaba allí, y nosotros teníamos dos días formados en la calle de Moneda. La espera habría sido un desperdicio.